
Tremendo birrote que me tome en Brujas. María y yo habíamos ido allí con una amiga y no podíamos dejar la ciudad sin pasarnos por un bar. Como si en la Edad Media estuviésemos, yo me tomé la cerveza del lugar. [Para quien no se haya dado cuenta,
brugse, es como decir
brujeño en flamenco.] Tengo que reconocer que yo me había pedido otra cerveza pero luego me arrepentí y mi
brujilla particular accedió a cederme la suya. Cabe señalar que el vaso pasó a engrosar nuestra colección de vasos birlados, siendo uno de los más preciados.